EL RIESGO (I)
En términos simples, el riesgo es la posibilidad de que algo no salga como esperas; en este caso, que puedas perder dinero en tu inversión. La RENTABILIDAD, por otro lado, es la ganancia que podrías obtener de esa inversión. Cada vez que inviertes, estás equilibrando estos dos factores: estás asumiendo un cierto nivel de riesgo con la esperanza de obtener una determinada rentabilidad.
Ahora bien, no tener claro estos conceptos puede llevarte a tomar decisiones impulsivas, movidas por el entusiasmo de «ganar mucho dinero rápido» o por el consejo de alguien que quizás no tenga tus mismos intereses en mente.
Por eso, es crucial que aprendas a respetar y entender la relación entre riesgo y rentabilidad.
Este artículo es una guía definitiva para ayudarte a entender qué es cada uno de estos conceptos, cómo medirlos, por qué es crucial tenerlos en cuenta al tomar decisiones de inversión, y cuáles son los errores más comunes que los inversores cometen cuando se trata de tomar decisiones sobre riesgo y rentabilidad.
Pero ¿por qué deberías prestar atención a todo esto? Porque conocer y respetar la relación entre riesgo y rentabilidad puede ser la diferencia entre alcanzar tus objetivos financieros o quedarte corto. Si te tomas en serio invertir tu dinero, no puedes ignorar ambos conceptos.
💹Comencemos hablando del RIESGO.
¿QUÉ ES EL RIESGO?
En el contexto de inversiones, el riesgo es la posibilidad de que tu inversión no genere los rendimientos esperados o, peor aún, que pierdas dinero. Ninguna inversión está completamente libre de riesgo, pero hay diferentes niveles de riesgo dependiendo del tipo de activo.
Imagina que decides invertir €1.000 en acciones de una empresa que se dedica a la fabricación de paneles solares. Existe la posibilidad de que esta empresa tenga éxito y tus €1.000 se conviertan en €1.500 en un tiempo. Pero también está la posibilidad de que la empresa enfrente problemas, como la competencia o la falta de demanda, y tus €1.000 se reduzcan a €800.
Aquí es donde entra en juego el concepto de riesgo: la incertidumbre sobre qué rendimiento obtendrás de tu inversión, o si incluso perderás dinero.
Veamos dos ejemplos de niveles de riesgo para ayudarte a entenderlo mejor:
- Riesgo Bajo: Meter tu dinero (digamos €1.000) en una cuenta corriente con interés anual garantizado. Sabes que al cabo de un año tendrás X euros.
- Riesgo Alto: Invertir esos €1.000 en una criptomoneda que podría doblar su valor en un día, o caer un 50% y tú perder la mitad. Podrías terminar con €2.000, si todo va bien, o con €500, si todo va mal.
¿Cómo se mide el riesgo de una inversión?
Uno de los métodos más comunes para medir el riesgo es a través de la «VOLATILIDAD«, que es una medida de cuánto varía el precio de un activo durante un período determinado. Más volatilidad significa más incertidumbre, lo cual se considera más arriesgado.
Digamos que inviertes en acciones de una empresa y observas el precio durante un mes. Si el precio varía entre €100 y €110, se considera menos volátil (y por lo tanto menos arriesgado) que si varía entre €50 y €150.
Veamos otro ejemplo de volatilidad: Supón que tienes dos opciones para invertir €1.000:
- Empresa A: La acción ha oscilado entre €90 y €110 en los últimos meses.
- Empresa B: La acción ha oscilado entre €50 y €150 en los últimos meses.
Empresa B es más volátil y, por lo tanto, representa una inversión más arriesgada que Empresa A.
¿Qué otros términos ayudan a medir el riesgo de una inversión financiera?
- BETA: Mide la sensibilidad de una inversión respecto a movimientos del mercado. Proporciona información sobre cómo se espera que el rendimiento de una inversión responda a los movimientos del mercado.
Beta igual a 1: Si una inversión tiene una beta de 1, se espera que se mueva en línea con el mercado. Si el mercado sube un 1%, la inversión también debería subir alrededor del 1%, y si el mercado baja, la inversión podría bajar en la misma proporción.
Beta menor que 1: Si la beta es menor a 1, se considera que la inversión es menos volátil que el mercado. Si el mercado sube un 1%, la inversión podría subir menos que eso, y si el mercado baja, la inversión podría caer menos.
Beta mayor que 1: Si la beta es mayor a 1, la inversión se considera más volátil que el mercado. Si el mercado sube un 1%, la inversión podría subir más que eso, y si el mercado baja, la inversión podría caer más.
- MÁXIMO DRAWDOWN: Es la pérdida máxima desde un pico hasta su siguiente punto bajo. Es una medida que muestra la disminución en el valor de la inversión durante un período específico hasta que se recupera y alcanza un nuevo máximo.
Imagina que has invertido cierta cantidad de dinero en un fondo, y su valor ha ido subiendo con el tiempo. En un momento, alcanza su punto más alto, y a partir de ese punto, comienza a disminuir su valor. El drawdown sería la medida de la caída máxima en el valor de tu inversión desde ese punto máximo hasta el siguiente máximo.
El drawdown es esencial porque te proporciona una perspectiva sobre la capacidad de recuperación de una inversión y cuánto podrías perder en el peor escenario.
¿Por qué medir el riesgo?
Imagina que estás planeando un viaje. Sabes que algunos destinos son más peligrosos que otros. Si vas a un lugar con un alto riesgo de enfermedad o de actividad criminal, tomarás más precauciones, ¿verdad? O tal vez decidirás que no vale la pena el riesgo y elegirás un destino más seguro.
Lo mismo pasa con el dinero que decides invertir. Antes de «embarcarte» en la aventura de invertir tu dinero, es vital conocer qué tan «peligroso» o seguro es ese «destino» financiero. Medir el riesgo es como leer las reseñas y hacer investigación antes de tu viaje; te ayuda a saber en qué te estás metiendo.
¿Por qué es relevante para ti?
Pongamos un ejemplo más cercano a la vida real. Imagina que tienes €10.000 ahorrados. Tienes dos opciones:
- Opción A: Meter ese dinero en una cuenta corriente que te ofrece un 2,5% de interés al año. Es aburrido, pero seguro. En un año, tendrás €10.200 garantizados.
- Opción B: Invertir en una empresa de reciente creación que promete convertir tu dinero en €20.000 en un año, pero también podría fracasar y perder la mitad de tu inversión.
Si necesitas ese dinero dentro de un año para, digamos, dar la entrada para comprar una casa, ¿te arriesgarías con la Opción B? Probablemente no, porque si algo sale mal, estarás en apuros.
Por otro lado, si estás pensando a largo plazo y estás dispuest@ a asumir algunos riesgos, tal vez optes por algo un poco más arriesgado que una cuenta corriente, pero menos que la Opción B anterior. Podrías considerar, por ejemplo, invertir en un F.I o en ACCIONES DE EMPRESAS que tengan un buen historial, y que ofrezcan mejores rendimientos potenciales que una cuenta de ahorro.
En resumen, medir el riesgo te ayuda a escoger la «opción de viaje» financiera que mejor se adapte a tus necesidades y a tu capacidad para enfrentar «contratiempos» en el camino. Es como escoger el destino de vacaciones que te brinda la experiencia que buscas, pero que también se ajusta a tu nivel de comodidad y preparación.
M.S
¡¡¡Nuevos tiempos nuevas ilusiones ESPERANZA para TODOS!!!
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